top of page

Herencia: Guanche y Española

Por: Leopoldo Albarracin-Castañeyra Medina


La romería canaria del pueblo Tegueste, en Tenerife.


Canarias es un lugar maravilloso, tanto en el aspecto geográfico y climático como en el cultural y social. Cuenta con unas temperaturas ligeramente cálidas durante todo el año y su naturaleza volcánica otorga al archipiélago una variedad inmensa de paisajes, siendo algunos radicalmente distintos a otros, incluso dentro de la misma isla. Por eso hay gente que las llama “continentes en miniatura”.


En cuanto a la gente, es seguro que si vas de viaje a Canarias aprecies su humildad, caridad y alegría que a tantas personas ha cautivado y les ha hecho elegir a las islas como su segunda casa, su hogar adoptivo.


Esta forma de ser de los canarios, reconocida tanto en el resto de España como en otros países, es motivo de orgullo para muchos. Hay mucha gente que considera que la forma de ser de los canarios y su cultura (palabras típicas, folclore, platos típicos, tradiciones, legado histórico, etc.) son producto de la mezcla de muchas culturas diferentes que coincidieron en un espacio como el archipiélago, que fue lugar de paso entre tres continentes durante varios siglos. Y no se equivocan. Son éstas personas las que también se enorgullecen del legado que los canarios dejaron en América en sus diferentes oleadas migratorias, pues dicen que Canarias es un pueblo que siempre emigró, razón por la cual son acogedores con el extranjero. Y no se equivocan.


Ahora bien, son esas mismas personas, que abrazan todas las ideas que he comentado, las que repudian la herencia que recibieron de España porque fue la nación que conquistó al pueblo guanche (nombre que reciben los aborígenes canarios). Entremos en profundidad con este tema.


Canarias fue el primer territorio adherido a la Corona de Castilla fuera de la península ibérica y como tal fue escenario de múltiples ensayos, previos a la expansión en América. Se cometieron actos que excedieron los límites deseables: traiciones, secuestros, guerras, etc. pero tenemos que recordar que estamos hablando del siglo XV, en esa época las cosas se veían de una manera muy distinta a la actualidad, ideas que ya han señalado historiadores como Joaquín Costa: no se puede juzgar el pasado con los ojos del presente.


De hecho, teniendo en cuenta el contexto histórico del momento, los reyes Católicos fueron anormalmente benévolos con los guanches para como se hacía entonces. Los reyes y líderes guanches fueron protegidos y se les conservó su estatus y posesiones, asimiladas y adaptadas dentro de la nueva sociedad.


Otras naciones como Inglaterra o Países Bajos nunca llegarían a hacerlo (nunca aprobaron leyes protegiendo a los habitantes nativos, simplemente se dió el caso de algunos tratados reconociendo los derechos sobre sus tierras y recursos, como el Tratado de Waitangi en 1840. También contamos con los ejemplos como los de los “zoos de humanos” que llevaron a cabo los holandeses con algunos indígenas de Indonesia, como los de la Exposición en la Feria Mundial de Ámsterdam en 1883).


Tanto se asimilaron a la nueva sociedad que muchos de los conquistadores, tanto normandos como castellanos, se casaron con mujeres guanches. Por eso llegan hasta nuestros días apellidos de origen indígena, como: Tacoronte, Guanche, Oramas, Bencomo o Chinea.




Así que, si pudiera elegir qué nación europea habría de ser la que conquistara Canarias, yo como canario, estoy conforme con los hechos sucedidos, pues podría haber sido mejor, pero también mucho peor.


Por otro lado, la sociedad canaria y su cultura no se entiende sin la figura de España. Desde la península se trajo ganado, cultivos como la vid, con la que se hacen los vinos canarios tan sabrosos, la gran mayoría de los instrumentos con los que hoy en día cantamos en las parrandas, tradiciones tan famosas como las romerías, las bajadas de la virgen (El Hierro) o tantas otras peregrinaciones aclamadas aún hoy en día.


Gracias al mercadeo con la España Americana tenemos hoy papas arrugadas y mojo, batatas (boniato), plátanos, papayas y caña de azúcar (con la que se hace el famoso ron Arehucas que tanto nos gusta) entre otros productos.


Así, a los que desprecian la herencia española me gustaría preguntarles: ¿qué quedaría de la Canarias actual si borramos la contribución de España? Ya se lo respondo yo: casi nada. Esa Canarias de la que todos estamos orgullosos, la que echamos de menos cuando estamos fuera y la que es acogedora con el foráneo no sería tal sin la herencia hispana. Lo cual no le quita la autenticidad y el carácter que sí son inherentes de las islas.


Por eso creo yo que ya está bien de intentar dividirnos y separar a Canarias del resto de España. Somos un todo, debemos permanecer unidos y querer a nuestros hermanos de la península, sabiendo que formamos parte de una comunidad mucho más grande. Al final, las diferencias dentro de un mismo país no expresan más que la riqueza y complejidad de su sociedad. Qué aburrido sería un país en el que dentro de todo su territorio no hubiese diferencias entre las regiones, donde todas las tradiciones fueran iguales y homogéneas.


La historia de Canarias es indivisible de la historia de España y viceversa. Es hora ya de dejar atrás los pensamientos divisorios y centrarnos en nuestros lazos comunes, que son muchos.


-


Puede ponerse en contacto con el autor en la siguiente dirección de correo electrónico: leopoldoace@gmail.com.


30 views0 comments

Recent Posts

See All

Comments


bottom of page