Por: Cristina Nogueira Fuertes
El mosaico de la vida acelerada a la cual nos enfrentamos. Creado con IA.
Las personas, las personas, las personas.
Hay personas que creen realmente en que después de la vida solo queda un vacío, una nada eterna; por lo que la vida es un suceso, dentro de esos márgenes, sin ningún fin ni sentido propio—al morir no vas a encontrar nada más. En definitiva, no hay ningún sentido en vivir o morir bajo esta percepción.
Personalmente pienso que las personas, lo crean o no, buscan darle un sentido a la vida. Sentirse dignos de su vida y de lo que hacen, aún cuando sea bajo sus propias percepciones y no sean las más éticas o admirables.
Al final, las personas buscan sobrevivir y vivir felices con cierta armonía dentro de sus acciones y vivencias: las personas buscan siempre su mejor versión de vida o aquella que les resulta la más cómoda.
Eso debería ser así en un primer momento, o eso nos dicen todos los mensajes motivacionales de hoy en día; aunque la realidad nos lleva a otras formas, maneras y comportamientos para sobrevivir.
Alguien puede hallar la forma de sobrevivir con un trabajo sencillo, otra persona viajando, otra cuidando a quienes quiere, y otra persona muriendo.
La supervivencia puede ser contradictoria a nuestra verdadera felicidad, y también a nuestra propia percepción de una vida digna y querida.
Digna vida que anhelamos, que a veces nos encandila, mientras que otras nos aleja de la realidad. ¿Qué es en el fondo una vida digna? ¿a felicidad? ¿Tener moral? ¿Cumplir tus sueños? ¿Poder vivir tranquilo?
Como ser fieles a nosotros mismos, aferrándonos a ideas, formas e imágenes que se muestran frente a nosotros, a gran velocidad, sin parar, sin un descanso ni un momento.
Vidas aceleradas y vidas subversivas.... vidas.
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